Los días en que la seguridad de instalaciones en Latino América fueran prestadas únicamente por hombres, sin una integración a una central de operaciones de forma permanente han terminado. Las compañías que aun pretendan mantener una seguridad privada confiable bajo este viejo paradigma están condenadas a desaparecer. La integración entre las redes de datos y las necesidades de seguridad en las instalaciones son la nueva realidad.