En la página del Banco Interamericano de Desarrollo, quienes durante el año 2013 realizaron un exhaustivo estudio en seguridad ciudadana en la capital colombiana. El informe con los resultados lo titulan de una forma muy particular: La paradoja de Bogotá y las percepciones de inseguridad. Esto apropósito de los índices globales de homicidios y hurtos, pues en países latinoamericanos estas dos variables son directamente proporcionales, pero en Bogotá sucede que estos indicadores no están atados y resulta curioso para expertos.
Durante los últimos 10 años la capital colombiana ha logrado reducciones significativas en la tasa de homicidios, pese a que para estas investigaciones el 60% de los capitalinos aseguraron que el crimen era uno de los principales factores que les impedía sentirse seguros en sus barrios.
Durante la última década los homicidios en Bogotá han bajado a la mitad, por otro lado el número de robos también ha tenido un descenso, aunque no igual de significativo. Frente a este último ítem tan solo el 30% de los encuestados se sienten seguros en sus barrios y atribuyen esta sensación de seguridad gracias a la presencia de la policía para prevenir robos.
Lo paradójico de todo esto es que, como se mencionó al comienzo de este texto, los países latino americanos presentan una particularidad y es que el homicidio y los robos son directamente proporcionales, caso contrario en Bogotá donde el índice de homicidios disminuye a la vez que el de robos aumenta.
Esta paradoja, como la califica el Banco Interamericano de Desarrollo, sigue dejando sin sabores para las autoridades, pues como registra este informe el 70% de los Bogotanos se sienten inseguros en el lugar que viven. Como consecuencias las personas tienden a temer más de los delincuentes y a desconfiar más de las autoridades. Esto genera ambientes de silencio y de poca colaboración. Es claro que la ciudadanía es clave en cualquier proceso de cambio para generar ambientes sanos y seguros.
Del todo no me resulta tan negativo, y menos paradójico, que los homicidios no estén en la misma linera proporcional a los robos. En realidad esto no debería ser escandaloso o digno de una análisis. Lo preocupante de esto son los altos índices de sensación de inseguridad. Este hecho solo aísla aún más la seguridad.
Al interior de SIETE24 se implementan mecanismos estratégicos que nos permiten visualizar la seguridad y saber qué esperamos de esta, cómo la trabajamos y, con lo anterior, poder diseñar una visión de la seguridad que queremos para Colombia.
¿Cuál será esa visión de seguridad que tendrá el distrito? ¿Sus objetivos van alineados con lo que realmente necesita la ciudadanía? ¿Autoridades y distrito están trabajando bajo los mismos propósitos? Quizás en una próxima entrada de este blog ondearé más sobre este asunto.