Un saludo fraternal desde Medellín Antioquia para todos. Es un placer empezar a compartir con ustedes un poco de mi experiencia en el sector de seguridad bancaria.
Desde un punto de vista social, el fenómeno de fraude es un factor que define la razón de los programas de seguridad en las empresas y el porqué de nuestra existencia como profesionales de la industria de la seguridad. A su vez este fenómeno patrocina las ventas de productos y servicios de seguridad a las empresas. Hago énfasis al referirme al fraude en las empresas. Hay pérdidas anuales que son alarmantes al saber que son los mismos empleados los que propician estas pérdidas.
Durante más de 5 décadas, existían muchas compañías que padecían actos de corrupción interna, malversación de fondos y fraude financiero. La teoría de la racionalización del fraude, producto de una investigación maestral, explica que existen 3 elementos que componen el triángulo del fraude.
Primer elemento: OPORTUNIDAD.
La oportunidad dentro del aspecto del fraude, es la habilidad de un empleado para cometer actos de fraude en una empresa. Para llevarlo a cabo, el empleado debe creer que las actividades de su crimen no pueden ser detectadas. La oportunidad de cometer actos fraudulentos es posible cuando los empleados tienen acceso a los activos y la información de la empresa dentro de sus tareas ordinarias lo cual les permite llevar a cabo y ocultar la estafa.
La oportunidad también se crea cuando no existen los controles internos, la mala gerencia y/o supervisión y la falta de procedimientos para detectar o investigar actividades fraudulentas. Por ello, los accesos deben ser limitados, controlados y monitoreados periódicamente para disminuir la oportunidad.
Segundo elemento: MOTIVACIÓN.
La motivación es la presión o la necesidad de un empleado para cometer un acto de fraude. Puede ser basada en una necesidad financiera real o percibida por parte del empleado que desea lucrarse de la empresa para pagar sus deudas o mejorar sus finanzas personales. También la motivación puede estar basada en presión por alcanzar resultados o un buen rendimiento laboral y ocultar el estado actual de su desempeño.
Tercer elemento: RACIONALIZACIÓN.
El criminal interioriza de que sus actos son un comportamiento normal y aceptable, esta racionalización es el elemento más importante en los casos de fraude ya que el empleado justifica su comportamiento a través de un sin número de excusas. Otro pensamiento racional de delincuente es pensar que la empresa tiene utilidades tan altas que los fraudes cometidos pasarán desapercibidos dentro de sus libros contables y tiene el común denominador de “tomar prestado”, ya que se hará la retribución del dinero robado.
Reducir la oportunidad debe llevar a cabo el entendimiento de las personas de que cualquier acto o intento de cometer fraude será detectado eventualmente por la empresa.
El ser posiblemente detectado o descubierto como el autor de un fraude dentro de la empresa, es el disuasivo sicológico más grande que se puede crear. Durante su racionalización, el empleado que está pensando en cometer un fraude interno lo piensa dos veces antes de cometerlo porque sabe que existe una alta posibilidad que será identificado por la empresa. Ante esa posibilidad racionaliza que no vale la pena perder su empleo, perder su reputación personal y enfrentar una condena en prisión por un acto criminal.
Es sumamente importante que una empresa tenga un programa de seguridad comprensivo que reduzca significativamente el elemento de la oportunidad para reducir el fraude. Es la responsabilidad de la gerencia de una empresa y de los profesionales de la industria de la seguridad disminuir el elemento de la oportunidad para combatir el fraude.
Recuerden que si quieren tener resultados diferentes, debemos de actuar de manera diferente.