Las autoridades sanitarias y la Policía Metropolitana de la capital dejan en manifiesto la preocupación por el aumento en la producción del licor adulterado. No obstante, lo que más pone en sobre aviso a los encargados de la seguridad en la ciudad, es que bandas organizadas se dedican a adulterar bebidas alcohólica, y no obstante ,han industrializado tanto su producción que identificar la adulteración de un producto se hace cada vez más difícil.
En localidades como Ciudad Bolívar, Suba, San Cristóbal y Kennedy sorprende a las autoridades la sofisticación que emplean los vándalos para sacar unas muy buenas imitaciones de este tipi de bebidas. Expertos de la Sijin, podían identificar la adulteración de estos productos por medio de las etiquetas de la marca. Los residuos de silicona en el contorno de cada marquilla era una indicador de la adulteración, pero en esta ocasión descubrieron maquinaria que pegaba estas estampillas con calor, dejándolas con una apariencia casi que original, haciendo casi que imposible diferenciarlas.
De igual forma habían maquinas industriales para las estampillas, el sellado, y el empaque de este licor ‘chiviado’.
Otra de las claves que empleaban las autoridades para identificar el licor falsificad, eran los niveles de alcohol, pero también llama la atención que en varios de los lugares allanados tenían a su disposición aparatos que precisan los grados de alcohol, pretendiendo garantizar el sabor la bebida para que esta sea más similar a la verdadera.
No obstante, algunas imprentas de los sectores de Santa Isabel y el centro de la ciudad también contribuyen con este delito, pues es en estas zonas donde se fabrican las cajas y los sellos donde se pretende hacer pasar el producto falso por auténtico. Las etiquetas con hologramas son reemplazadas por plateadas que semejan a las reales, las cajas de empaque tiene la misma apariencia, pero lo que no han logrado es hacer imitar los hologramas que son visibles a la luz.
En otros casos, más convencionales, algunos vándalos prefieren ahorrase cualquiera de estos procesos y reducen su industria al reciclaje de las botellas.
Con todo y lo anterior, el informe que expide La Policía Metropolitana concluye que las zonas donde se distribuye esta mercancía adulterada están ubicadas, en su mayoría, al sur de la ciudad, siendo Kennedy la el sector donde más distribución hay. Bares y licoreras del barrio el Restrepo y algunos Sanandrecitos del centro también hacen parte de la lista de “clientes” de estas bandas.
Cabe mencionar que este informe también deja ver que el 50% de las bebidas adulteradas corresponde al aguardiente. El porcentaje restante lo ocupan el ron, wiskey y otros aperitivos.
Estas investigaciones y allanamientos, dejan encendidas las alarmas en la sociedad capitalina, pues lograr identificar cuándo un licor está adulterado, ya no es una tarea tan fácil. Es por esta razón que, ante esta problemática, es necesario que usted tome medidas preventivas. Tenga claro que:
- Las bebidas alcohólicas adulteradas están hechas con alcohol etílico sin procesar y hasta con etanol. Estas sustancias químicas producen intoxicación, deterioro en las paredes intestinales y hasta ceguera.
- El licor adulterado no compite en el mercado, pues sus precios están por debajo de los productos originales.
- Los sellos de una botella original tienen hologramas y no simples marquillas plateadas.
- Un licor original siempre está bien sellado, no presenta adulteraciones en sus empaques o apariencia.
- Las bebidas alcohólicas de calidad no tiene grumos, residuos o impurezas en su interior.
- Tenga en cuenta también que este tipo de productos son empacados al vacío.
Con todo y lo anterior, es mejor que sea una persona prevenida. Compre las bebidas en lugares autorizados y reconocidos como almacenes de cadena. Sea cliente de lugares donde usted sepa que la calidad es uno de los factores que los caracteriza.