Los Drones han tomado una fuerza sustancial dentro de las nuevas tecnologías, tanto en el mundo del entretenimiento como en el entorno de la seguridad y vigilancia privada.
Si bien es cierto que, esta herramienta se convirtió en tendencia desde Estados Unidos y Asia, Latinoamérica se ha visto tentada a utilizarla en diferentes ámbitos económicos; por ejemplo, la industria del entretenimiento ha sido la primera en adoptar esta tecnología para mejorar sus producciones de video. Las imágenes que brinda una cámara adaptada a un drone, son espectaculares y entregan un detalle perimetral único; la protección y vigilancia de grandes espacios, por su amplio campo de visión, por su velocidad y por su versatilidad son características han hecho que el gremio de la seguridad se fije en esta tecnología y la adopten como una opción vital en la vigilancia.
Y aunque ver dispositivos volando en zonas residenciales, fincas o grandes cultivos, suene a ciencia ficción; es una realidad que ya está tocando la puerta de las empresas de vigilancia y seguridad privada.
¿Cómo funciona un Drone en un servicio de Seguridad?
La videovigilancia a través de drones está indicada para la protección y seguridad perimetral de grandes superficies. Es una solución de videovigilancia fiable, eficaz y en alta resolución. Los drones están equipados con cámaras de seguridad de alta resolución FHD, 2.7K y 4K con estabilizador de imagen que garantiza imágenes de gran nitidez y neutraliza los movimientos del dron. Las imágenes se transmiten en tiempo real de forma inalámbrica a un grabador de videovigilancia que garantiza la integridad de las imágenes y las valida como prueba judicial en caso de que se capte un delito.
Como sucede con las aspiradoras autónomas del hogar, el dron puede programarse para que despegue a las horas establecidas de manera que realice tareas de seguridad y reconocimiento del terreno de forma automática. También puede manejarse en remoto por un operador.
Los drones, además de equiparse con cámaras de vigilancia de alta resolución, disponen de visión nocturna (cámaras de vigilancia infrarrojas), GPS (para programar sus vuelos) e incluso los más avanzados disponen de funciones de reconocimiento facial que les permite identificar usuarios y detectar intrusos y accesos no autorizados.
A diferencia de las cámaras de vigilancia fijas que sólo son útiles cuando la intrusión o la incidencia tiene lugar delante de su objetivo, el dron es capaz de buscar, localizar y seguir objetivos. Además, se encuentra sobrevolando el objetivo a decenas de metros de altura, por lo que resulta imposible que sea saboteado con sprays de pintura. Créditos: Prevent.es