El más reciente informe del Índice Global de la Paz 2014, (Global Peace Index 2014 PDF), destaca la importante disminución que tuvo el costo de la violencia, la inseguridad y la criminalidad en Colombia en lo corrido del año 2014.
Con base en los cálculos del estudio realizado por el Instituto de Economía y Paz, (Institute for Economics & Peace), se destacó la importante labor que se viene desarrollando en nuestro país, en materia de seguridad privada y pública; señalando el proceso de paz adelantando con las FARC, como actor principal de la disminución en los indicadores de impacto por la violencia, y una luz de esperanza que pondría fin a la mayoría de los conflictos que viven los colombianos desde algo más de cinco décadas.
En el estudio, Colombia se sitúa en el puesto 150: 11 puestos por encima de Siria (el país con el indicador más bajo de paz en el mundo); sin embargo, a pesar de encontrarse tan bajo en el ranking, la investigación resalta los significativos logros que se obtuvieron entre el 2002 y el 2010, al reducir sustancialmente la capacidad militar de la guerrillas, contribuyendo así con la caída gradual en la tasa de homicidios que para el año 2014 marcó la cifra de 30 por cada 100.000 personas.
Por otra parte —en un plano menos positivo—, el instituto alerta sobre la disminución en el índice de Corrupción Percibida, que se sitúa en 36 puntos, sobre 100 que es el puntaje máximo de transparencia que puede tener un estado por parte de sus habitantes. Esto evidencia un persistente cuadro de corrupción a nivel regional y local, ya que, a pesar de que hay un aumento sostenido en los ingresos fiscales para financiar gastos adicionales, todavía el Estado colombiano no está en capacidad de hacer frente a los problemas de seguridad, como la violencia y delitos de alto impacto derivados del conflicto armado entre guerrillas, paramilitares y delincuencia común, contra la fuerza pública.
Este fenómeno de percepción se complejiza en el sentido que con el aumento de la corrupción, se hace cada vez más notorio ante el pueblo, el déficid de recursos económicos para combatir los flagelos que más les afecta, como el homicidio y bandalismo común; esto repercute en sensación de vulnerabilidad, y como lo demuestra la gráfica 2.12 extraída del informe IEP: el incremento de la corrupción, por encima de 20 puntos, propende hacia el conflicto generalizado y el aumento en el deterioro de la paz. (Gráfica 3.4)
Colombia frente América Latina
Analizando la tendencia de los gastos en fuerzas de seguridad públicas y privadas, los costos de encarcelación y el Producto Interno Bruto (PIB) perdido por causa de la violencia, se concluyó que Honduras es el país donde más cuesta la violencia en toda la región, ya que con un 19,2 por ciento del PIB en 2013, se encuentra en el sexto puesto a nivel mundial. De igual forma, se destacan los incrementos en costo que experimentaron países como El salvador (14,5%), Venezuela (10,1%) y Jamaica (9,9%); que presiden a Colombia en el ranking latinoamericano, ubicado en quinto lugar con el 9,7 %. Cerrando el listado, se encuentran México (9,4%), Guatemala (8,7%), Trinidad & Tobago (7,9%) y Panamá (7,4%).
La notable mejoría que experimenta Colombia en este ranking regional, contribuye favorablemente con la buena imagen que se tiene frente al exterior, ya que los indicadores negativos de violencia ahuyentan la inversión extranjera, encareciendo y complejizando los procesos de comercialización (fenómeno habitual en el país hasta hace poco menos de cinco años).
En este sentido, la grave situación por la que actualmente atraviesa México, devela la terrible crisis de seguridad que se avecina en 2015 por la rivalidad entre los carteles de drogas y la fuerza pública; poniendo en alerta a los inversionistas, quienes ante la novedad, valoran a Colombia, como un territorio con mucho potencial de producción, manufactura y comercio seguro, gracias a las actuales condiciones de seguridad en el ámbito público, pero sobretodo privado.