El estar tranquilo y lejos de todo peligro es algo que cualquier persona busca tanto para su familia, su empresa, su comunidad y para sí mismo. El día a día conlleva a estar expuesto a diversos factores que pueden alterar la tranquilidad de las personas, pero ¿qué podemos hacer frente a estos factores que alteran nuestra tranquilidad?
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La respuesta es fácil, podemos actuar de diferentes maneras; partamos del hecho que la intranquilidad nace de un acto de inseguridad, y la inseguridad es generada por un riesgo. El peligro de todo riesgo es que se haga realidad, en la mayoría de los casos, el 90% de los actos de riesgo se pueden prevenir y controlar anticipándonos al delito, nosotros en nuestra manera de actuar inconscientemente somos los mayores generadores de inseguridad, y cito algunos ejemplos: al no utilizar un puente peatonal, al no utilizar las aceras para pasar la vía, al no caminar por la acera, al retirar dinero en sitios solitarios, al transitar solos a altas horas de la noche, al contactar en sitios públicos a personas no conocidas, cuando sacamos la billetera o cartera para pagar algún artículo dejamos ver a otras personas más de lo permitido, y ni mencionar todo lo que damos a conocer al mundo a través de las redes sociales. La realidad es que debemos empezar a actuar con malicia, de modo que anticipemos un poco el accionar del delincuente.
Planteemos un caso de análisis; por lo general cuando vamos a realizar un viaje de vacaciones en la cual nuestro patrimonio va a quedar solo, que medidas de protección tomamos: primero cerramos los registros del gas, bajamos los tacos de la luz, y cerramos también el registro del agua, verificamos que todas las ventanas y puertas queden cerradas, en lo posible con candados y por último le recomendamos a un conocido que de vez en cuando pase a revisar.
Ahora bien, podemos ir más allá, digamos que no contamos con una empresa de vigilancia y seguridad privada que apoye la seguridad perimetral, entonces ¿qué hacer?: Cambiar los candados tradicionales por candados de seguridad, en caso que la vivienda sea una casa instalar rejas de las ventanas de los dos primeros pisos, instalar un sistema de alarmas y que sea monitoreado, instalar cámaras, hoy en día la tecnología permite que puedan ser visualizadas en diferentes sistemas portátiles, instalar luz con sensores de proximidad, e instalar cerraduras de seguridad. Existe la creencia que dejar una luz encendida persuade al delincuente a pensar que la vivienda está ocupada, esto es una falacia, preferiblemente deje todo apagado, no deje objetos de valor a la vista y deje cerradas las cortinas.
Cada uno de nosotros podemos hacer de nuestro entorno un lugar seguro, la solución está en sus manos.